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El envidioso Poderoso

EL ENVIDIOSO PODEROSO

El envidioso poderoso

Dibujo: Federico Sarría

"Es necesario exterminar sin piedad a los instigadores de este linaje"
Adolf Hitler

El Envidioso Poderoso
quiso alguna vez ver al Teatro Matacandelas CERRADO.
Y lo logró.
Años atrás lo logró por pocos días.
El Envidioso Poderoso
instigó a las autoridades municipales a amordazarnos porque éramos informales,
porque no cumplíamos la norma,
porque éramos underground.
El Envidioso Poderoso
también hizo extensiva la persecución burocrática a otros dos teatros que no eran de sus simpatías.
Días de hasta dos visitas policiales, zozobra y tormento, dedo de señalamiento de teatros al margen de la ley, delincuenciales.
Nos obligó a sentarnos en el banquillo de los criminales.
Año 2009
Para celebrarnos los 30 años
El Envidioso Poderoso ha vuelto.
Ha movido como un mago
teléfono, fichas, escribientes, personajes y batería comunicativa.
El Envidioso es poderoso porque ha logrado activar contra nosotros al periódico El Tiempo, a Sayco, a Acinpro, a Secretaría de Gobierno, al alcalde Alonso Salazar, a Secretaría de Medio Ambiente, a Inspecciones zonales.
Nuestro Año 30 ha estado engalanado con una escenografía
de patrullas, funcionarios, citaciones, informes y uniformes, emplazamientos.
Más ocupados en inspecciones y comisarías
que en un escenario.
El Envidioso Poderoso
acusa que el Teatro Matacandelas es un sitio lleno de escándalo que no deja dormir a los vecinos.
(El periódico que nunca ha oído la voz de 3 millones de desplazados
sí oyó la voz de un vecino).
El Envidioso Poderoso
dice que no pagamos impuestos.
El Envidioso Poderoso
denuncia nuestro delito de ser una entidad carente de licencia.
El Envidioso Poderoso
dice que somos un bar disfrazado de teatro.
El Envidioso Poderoso
dice que en nuestro teatro propiciamos el cigarrillo a lugar cerrado.
El Envidioso Poderoso
afirma que vendemos y consumimos drogas.
El Envidioso Poderoso
nos acusa ante la policía de expender licor a los menores de edad.
El Envidioso Poderoso
afirma que nuestra programación no es artística y que se trata de una programación descaradamente comercial.
El Envidioso poderoso
nos acecha,
nos vigila,
está atento a cada movimiento,
sabe cuándo salimos a otras ciudades,
no cesará de informarnos y atacarnos.
El Envidioso Poderoso
tiene amigos todavía más omnipotentes.
El Envidioso Poderoso
gana mucho dinero,
es un experto en recavar recursos.
Ha sacado tanto del erario público que ahora tiene con qué asar una vaca en el mar con billetes de 50 mil.
Por eso sus amigos lo rodean, lo protegen, liban, se benefician
y muerden como bestias si alguien sospechoso ronda.
El Envidioso Poderoso
infunde pavor a sus opositores.
Hasta el gobierno tiembla.
El Envidioso Poderoso
es tan seguro que en cada acechanza suya deja rastros de identificación, pues sentirse reconocido por la víctima incrementa su goce.
El Envidioso Poderoso
lo es de tal forma que nunca se dejará atrapar por una prueba.
El Envidioso Poderoso es bicéfalo.
Sigiloso,
medroso,
astuto.
Transcurre impoluto.
Es perfecto.
El Envidioso Poderoso
no se detendrá,
nos provoca miedo,
tanto miedo que terminamos por creer que el pronto e inevitable cierre del Teatro Matacandelas no es, en última instancia, lo más grave que nos pueda suceder.
Adelante Señor del Oscuro Reino.
¿Le gustaría que fuera suya nuestra llave?