Del teatro se puede vivir
Por: Valerie Hernández
Entrevista a Sergio Dávila
Publicada en el Listín Diario. Santo Domingo. República Dominicana. Junio 26 de 2009.
Sergio Dávila afirma que en la Compañía colombiana Matacandelas viven como una comuna
Santo Domingo.- Actor del Teatro Matacandelas a tiempo completo y con mucho talento desarrollado a base de su trabajo y esfuerzo en el grupo teatral, Sergio Dávila protagonizó aquí, en el Festival Internacional de Teatro Santo Domingo, Fernando González, velada metafísica, una obra que logró los mejores elogios.
Con 12 actores en escena y su propio técnico de luces, que al mismo tiempo es el director de la obra, el Teatro Matacandelas de Colombia se llevó los aplausos del público que asistió a ver Fernando González, velada metafísica.
De una manera muy sutil llevaron al público a olvidar que estaban en una obra de teatro y a entrar en la vida de Fernando González y su historia. Con una gran imaginación, estos actores dieron espacio a la vida de este poeta colombiano del siglo XX. Utilizaron los recursos metafísicos magistralmente ya que con cada uno de sus movimientos llevaron al público a inmiscuirse cada vez más adentro de la historia, logrando encender los sentimientos afines con los personajes.
¿Cuál fue el proceso de creación de esta obra?
En el año 2005 iniciamos el proceso de investigación haciendo la lectura y apropiación de todos los textos de Fernando González y de su imagen como autor. En el 2006 empezamos con las improvisaciones con los textos para buscar lo que debía ir; ya en el año 2007 comenzamos con lo que es el montaje, duramos unos 6 ó 7 meses montando la obra con base en el trabajo de improvisación que habíamos hecho.
¿Cómo me puedes describir la mística de la obra?
Es un planfleto filosófico, tiene un poco de ese teatro donde se habla directamente hacia lo político, sociológico, hacia la vida de un hombre que vivió en el ostracismo, que está alejado de todo porque los políticos de su época y los intelectuales lo sacaron del pueblo y lo pusieron en un margen, justo en su finca que se llamaba Otraparte, precisamente porque él vivía en otra parte. Tiene el drama en soledad y su drama espiritual.
¿Por qué esta obra? ¿Quiénes se encargaron de crearla?
La creamos entre todos, nos apropiamos del texto, lo leímos y empezamos a improvisar con las partes que nos gustaron, alrededor de 15 improvisaciones hasta que encontramos la atmósfera o estilo de la obra, eso es lo que nos permitió ubicar por dónde nos íbamos. El director, Cristóbal Peláez González, se encargó de recoger todo como un crisol y empezó a darle norte y un sentido cronológico. Siempre hacemos una obra desde el principio: estudio, discusión, montaje y llegamos al final.
¿Qué importancia tienen las improvisaciones?
Ayudan muchísimo, incluso los errores, porque nutren mucho lo que es el resultado final de la obra ya que uno se da cuenta qué es lo que no debe ser. Por ejemplo esta obra no era para tener escenografía, es una obra metafísica, por eso todo ocurre en el pensamiento, en un espacio vacío, la escenografía es imaginaria y es parte del espectador.
Ustedes utilizan el humor negro…
Fernando realmente es quien lo hace, él tiene esto en todos sus textos, era un autor muy crítico de su sociedad, un hombre muy especial, quizás uno de los más inteligentes que haya parido Colombia. Fernando utilizó este humor negro precisamente porque amaba tanto a su país que odiaba la manera en que se hacían las cosas, por eso siempre osciló entre Colombia y Europa, le dolía tanto que no podía estar allí.
Luego de aquí ¿A dónde van?
Vamos a Medellín, al Matacandelas tiempo completo.
¿Entonces, se puede vivir del teatro?
En condiciones distintas. Por ejemplo, nosotros tenemos una comuna, es decir, todo lo que entra, lo repartimos para poder vivir en nuestros departamentos y dedicarnos exclusivamente al teatro, no con grandes lujos, pero se vive bien, comemos bien, tenemos la premisa de Nietzsche: “Su pan y su arte”.
Pude observar que la mayoría de los actores tocaron instrumentos, ¿son músicos?
Tenemos ese requerimiento en el Matacandelas, todos deben tocar entre uno y dos instrumentos. Es muy importante porque la música es la que nos da el sentido del tiempo, intenciones, tonalidad, nos ayuda a aprender a escuchar al otro, a escucharte a ti mismo; la música es de una forma el entrenamiento actoral nuestro, es lo que nos permite actuar en conjunto. Leemos música como un libreto.
De él:
Fernando González nació el 24 de abril de 1895 en Colombia para convertirse en escritor, filósofo, político y abogado, conocido como: “El filósofo de Otraparte”. Ha sido considerado el más original de los pensadores de su país que vio nacer el siglo XX.