Lo sonoro en Antínoo
Por Juan David Correa
Realizar un diseño sonoro, lumínico o hasta un vestuario y un maquillaje son procesos que parten en Matacandelas del no saber, de la exploración en lo desconocido, ¿cómo se representa una obra de Pessoa sobre un emperador romano y su amado con actores de Medellín en Medellín? ¿Cuál es la atmósfera? En este punto el poema se transforma en el director y repele en el escenario todo lo que le ensucia, decanta y elige los elementos que le son afines, y boceto tras boceto el tono de la luz, el sonido y la actuación se transforman en una sola cosa, en una maquinaria fina y precisa creada por el ensayo y la rigurosidad.
En Antínoo los elementos que componen la partitura auditiva no son puramente tecnológicos, la técnica es sólo un apoyo al elemento principal y sonoro del teatro: la voz, la musicalidad de la voz, la entonación de las palabras y la precisión coral, la voz del actor es la base en las que se erige el diseño sonoro de la obra.
La arquitectura como música congelada, la música como una pintura en el tiempo, ¿y el teatro?
El proceso de decantación o bocetaje de Antínoo nos fue apartando del documental, de las columnas romanas y del esplendor imperial, el relato de amor entre Adriano y su efebo esta fuera de época, más allá de un espacio determinado, el poema nos mostró en el escenario que el amor al que hacía referencia era cósmico, eterno, celebrado por los dioses. El sonido entonces no podía ser figurativo, debía provenir de un planeta, del rugir de una tormenta en júpiter, de una constelación, y el final de la obra debía sonar como una estrella binaria siendo engullida por un agujero negro.
Laurie Anderson, Cristóbal Peláez y el piano que suena en Ojos bien cerrados de Kubrick; estos tres elementos o referentes, estas tres presencias por escogencia o azar estuvieron en mi mente durante todo el proceso de creación y exploración, encontrando y componiendo así los símbolos sonoros y atmosféricos que con las luces debían crear el marco escénico que el poema de Pessoa buscaba.
El sonido y la luz son un actor más en escena en el Teatro Matacandelas, y la tarea era ardua, esperamos haber cumplido, habernos acercado un poco al misterio.