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CUADERNO DE REFLEXIONES SOBRE LA COSA TEATRAL

TRES TREINTAIUNAS PARA EL TEATRO

por: Cristóbal Peláez

En el Teatro Matacandelas empleamos los ratos de ocio para seguirnos divirtiendo; y así, como el futbolista le da pataditas al balón para calentarse antes del partido, nosotros tenemos un juego basado en la palabra, nuestro principal instrumento de trabajo. El juego consiste en poner en común nuestras observaciones sobre el teatro, resolverlas y volverlas a juntar en textos que leemos y nos causan cierta gracia. A manera de entretenimiento, aquí presentamos a los lectores tres de estos ejercicios que involucran –y de qué manera, tanto al público como a los actores. Para no dar lugar a reconcomios o malos entendidos, repetimos: esto no es más que un juego de palabras.

LOS MALOS ESPECTADORES PARA EL TEATRO SIEMPRE...

  1. Llegan agitados corriendo justo en el momento de comenzar la función.
  2. Recatean unos minutos en la taquilla el precio de la boleta. Les parece injusto pagar. Llevan el "gratis" marcado por toda su piel.
  3. Llegan compulsivos, necesitan hacer unas cuantas llamadas porque dejaron muchos asuntos pendientes.
  4. Preguntan insistentemente "si la obra no es muy larga..."
  5. Preguntan sobre la posibilidad de salir en medio del espectáculo para realizar otras llamadas telefónicas.
  6. Advierten que tienen mucha prisa y que están esperando recibir una llamada por el celular o el beeper.
  7. Piden que los esperen unos minutos mientras ingieren alguna otra bebida.
  8. Otras veces llegan hambreados, de ceño fruncido.
  9. Se les ocurre utilizar el baño al último momento. Allí se eternizan.
  10. Se vuelven reiterativos insistiendo en preguntar si la obra teatral es "charra".
  11. Sólo quieren reír. Conciben el teatro como un tinglado de "charruras".
  12. Reclaman un teatro como espacio dedicado al mal gusto, los chistes procaces, a la estupidez general.
  13. Quieren un teatro burlón, fascistoide, machista, calzado a la medida de su chabacanería.
  14. Reclaman un teatro deformado que dibuje una humanidad idiota.
  15. Insisten en asistir a la función con un vaso de alcohol en la mano.
  16. Rechazan el teatro porque alegan estar "cansados". Seres que nacieron cansados.
  17. Piden un teatro superficial para descansar de "su" rutina.
  18. Vienen con el remordimiento de perderse su programa de televisión.
  19. Son avaros a la hora de pagar su boleto pues consideran que la profesión de actor es un oficio de inútiles.
  20. No disfrutan nunca.
  21. Conversan y dan voces en plena función porque subestiman el arte teatral.
  22. Cuando subestiman el teatro no saben que en su cabeza está pesando una tradición de olvido, de ignorancia, de irreflexión.
  23. Les falta entusiasmo, esplendidez. No gozan con nada.
  24. Son seres desapasionados y su paso por el mundo es una costumbre.
  25. Vienen al teatro por novelería, por vagancia, porque les regalaron el boleto, por cronofagia.
  26. Son avaros con el aplauso.
  27. Entran al teatro con el "no me va a gustar" inscrito en la frente.
  28. Como nunca han realizado ningún esfuerzo mental su cerebro está inmóvil, intocado y salen presurosos, mal encarados, arrepentidos.
  29. Se podrían definir con éxito: Los que nunca buscan nada.
  30. Ignoran que el aburrimiento es un asunto personal.
  31. Consideran que su desprecio por el teatro constituye una muestra de inteligencia.

EL MAL ACTOR SIEMPRE...

  1. Llega tarde a prepararse para la función.
  2. Su maquillaje y su atuendo son muy improvisados, no construye personajes, simplemente sale disfrazado.
  3. Cada función es un tormento, desearía estar en otro lugar, haciendo otras cosas.
  4. Para él el público es una masa que viene a aplaudirlo.
  5. Considera que su profesión de actor está por encima de cualquier cosa.
  6. Mira por encima del hombro al resto, infla su pecho y se dice a sí mismo "soy un actor, soy una persona muy importante".
  7. Sale motivado sólo cuando el teatro está repleto.
  8. Sólo ve las butacas vacías, nunca las que están ocupadas.
  9. Su interés está puesto en la taquilla.
  10. Con tal de mantener repleta su bolsa está dispuesto a cualquier tipo de teatro.
  11. A ese fin no sabe qué es lo que él quiere transmitir sino qué es lo que el público espera que le transmita.
  12. Ha perdido la credibilidad en su arte.
  13. El ritmo y la intensidad de su actuación están sujetos a la respuesta de un público.
  14. Sigue en el teatro porque todavía no lo han llamado de la televisión o del cine.
  15. Está en el teatro no sabe por qué, tal vez no sirvió para otros oficios.
  16. Considera que el mal gusto es universal.
  17. Busca el aplauso a cualquier precio.
  18. Al final, sale a escena tímido, esperando comprensión, piedad.
  19. En el fondo menosprecia a su público y permanece indiferente a su opinión.
  20. Su teatro es la expresión de un ser "gracioso", charlatán.
  21. No estudia ni reflexiona, cree que ello acabaría con su gracia.
  22. Existe en la medida de la fama, es su gran enfermedad.
  23. Su arte no es el fruto de una refinada sensibilidad, es la expresión de una tara cultural.
  24. Detesta a los demás actores, sólo él tiene talento.
  25. Considera que la disciplina está bien para quienes carecen de talento.
  26. Su entusiasmo declina a medida que se intensifica el número de funciones de la obra.
  27. Busca afanosamente la moda, lo que pega, el escándalo.
  28. Sufre terriblemente si lo confundan con el resto de los mortales, entonces se pinta el pelo rosado, se pone la camisa al revés, se para en las pestañas.
  29. Él es su propio personaje. Actúa demasiado en su vida real, en el escenario está vacío.
  30. Se ha fortalecido como histrión, se ha desvanecido como ser humano.
  31. Tienen un concepto aristocrático, burgués, de "pueblo" y por eso considera que la sensibilidad, la poesía y el buen teatro son cosas intelectuales, inaccesibles, y que al pueblo hay que darle "popularidades", o sea, remedos, chistes, parodias burdas, bellotas.

LA GENTE NO VA AL TEATRO PORQUE...

  1. El teatro queda muy lejos.
  2. El poder adquisitivo del ciudadano colombiano es bajo.
  3. Somos un pueblo cuya mayoría no vive, sobrevive en lo estrictamente necesario (comer).
  4. "El teatro no alimenta".
  5. El capitalismo es un mundo de afán: el que se demora pierde plata.
  6. Se nos ha infundido el trabajo como una religión y el descanso como una herejía.
  7. De nuestros abuelos hemos aprendido a asociar el ocio con el pecado y los "malos pensamientos".
  8. Nuestra educación académica nunca nos mencionó que había un arte llamado teatro. Cuando lo hacía era a través de libros, nunca a través del espectáculo vivo.
  9. Nuestros guías educativos fueron guardianes, no maestros.
  10. Nuestra educación castra nuestra inteligencia poética, sólo busca preparar técnicos. Un técnico es medio ser humano andando.
  11. El día se hizo para trabajar y la noche para dormir (burros de carga).
  12. Somos un pueblo demasiado práctico. Lo único rentable son las manos que trabajan. (No hay mayor desdicha que ser manco en Medellín).
  13. El teatro no resuelve los problemas fundamentales: Salud, educación, vivienda.
  14. El estado colombiano le dejó a los comerciantes del cine toda la responsabilidad de recreación y diversión. Esas aguas trajeron estos lodos.
  15. El estado se olvidó de Platón: "Es necesario buscar a aquellos que son capaces de rastrear la naturaleza de lo bello y de la conveniencia, con el fin de que los jóvenes estén rodeados por todas partes de hermosas obras, que sólo estén sometidas a influencias bienhechoras en todo aquello que llega a su vista y a su oído, como si habitaran en una región sana, donde sopla una brisa proveniente de comarcas felices que traen la salud, y que se vean así conducidos desde la infancia, sin notarlo, hacia la semejanza, el amor y el acuerdo de la bella razón".
  16. El espacio de la convivencia no se estimula. No hay un momento real del arte teatral.
  17. La empresa privada en Colombia se ha dedicado a ganar a dos manos, sin retribución social.
  18. Al pueblo lo han sometido a ser enemigo de las bellas artes.
  19. Un pueblo enemigo de las bellas artes es un pueblo enemigo de la vida.
  20. Cada vez somos más piara, ajenos a lo Bello.
  21. Una piara es fácil de someter.
  22. Medellín es una ciudad diseñada para comprar, vender y consignar.
  23. La ciudad es insegura. A Medellín le quitaron su noche, es decir, el contexto del teatro.
  24. La calidad de los espectáculos teatrales no despierta aún el interés de un grueso público.
  25. El servicio de transporte es pésimo.
  26. A nuestros actores todavía se les nota demasiado su ambición de utilizar el teatro como pretexto para autolucirse.
  27. "Por todas partes ojos que buscan en el suelo, gente que compra las boletas, las revende y jamás va a los espectáculos" (Walt Whitman).
  28. Los medios de comunicación (radio, T.V., prensa) no cumplen su papel informativo.
  29. Nuestro débil movimiento teatral carece de los recursos para la promoción.
  30. No hay adecuada infraestructura. Hay auditorios pero no teatros. Nuestros ingenieros construyen teatros con planos de piscinas (A los arquitectos de Medellín –hay excepciones– se les debería considerar delincuentes comunes).
  31. No hay una cultura del tiempo libre.